Covid-19. Una revisión bibliográfica.
COVID-19. A bibliographic review.
Autor: Guillermo Padrón Arredondo
Sede: Hospital General de Playa del Carmen
Correspondencia: Guillermo Padrón Arredondo
Recibido: 1 de mayo de 2020
Aceptado: 25 de mayo del 2021
RESUMEN
Introducción. La pandemia de COVID-19 que se ha presentado últimamente ha afectado a la mayoría de la población mundial y debido a que es una enfermedad nueva, aunque con algunos atisbos de ella, no se cuenta con tratamiento preventivo (vacuna) ni curativo para ella, de tal manera que por ahora las únicas medidas de utilidad son las de prevención básica. Material y métodos. Se realizó una búsqueda de artículos recientes (2020) acerca de COVID19 en Pubmed de texto completo y distribución libre, así como abstracts de interés con el objetivo de realizar una síntesis de los conocimientos actuales. Se seleccionaron 50 artículos recientes (cartas al editor, revisiones sistemáticas y casos clínicos). Los tópicos fueron organizados en seis categorías: 1) antecedentes; 2) epidemiología; 3) diagnóstico; 4) transmisión; 5) prevención y 6) tratamiento. La revisión fue de tipo descriptivo. Resultados. Wuhan, la ciudad en la provincia de Hubei en China está en el centro de la comunidad mundial debido al brote de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) causada por el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus-2 (SARS-CoV-2). Actualmente, COVID-19 se ha extendido por todo el mundo. China, con una gran carga de esta enfermedad, ha tomado fuertes medidas para controlar la propagación y mejorar la tasa curativa de COVID-19. El principal problema para las infecciones virales es el diagnóstico porque el aislamiento del patógeno a menudo es difícil y no siempre es confiable y los síntomas son inespecíficos. El coronavirus (COVID-19) se puede contagiar desde
el período de incubación. La prevención debe ser comunitaria. En cuanto al tratamiento este va desde sintomático hasta las unidades de cuidados intensivos dependiendo de la gravedad del paciente con medidas de apoyo al no existir aún un tratamiento específico.
Palabras clave: Pandemia; Coronavirus; Covid-19; epidemiología; prevención; diagnóstico; tratamiento.
ABSTRACT
Introduction. The recently introduced COVID-19 pandemic has affected the majority of the world's population and because it is a new disease although some glimpses of it do not have preventive or curative treatment for it, so that for now the only measures of usefulness are those of basic and elementary prevention. Material and methods. A search was conducted for recent articles (2020) on COVID19 in Pubmed full-text and free distribution, as well as abstracts of interest with the aim of realizing a synthesis of current knowledge. 50 recent items (letters to the editor, systematic reviews, and clinical cases) were selected. The topics were organized into six categories: 1) background; 2) epidemiology; 3) diagnosis; 4) transmission; 5) prevention and 6) treatment. The review was descriptive. Results. Wuhan, the city in Hubei Province in China is at the center of the world community due to the outbreak of coronavirus disease 2019 (COVID-19) caused by severe acute respiratory syndrome coronavirus-2 (SARS-CoV-2). Currently, COVID-19 has spread widely around the world. China, with a heavy burden of this disease, has taken strong steps to control the spread and improve the curative rate of COVID-19. The main problem for viral infections is diagnosis because pathogen isolation is often difficult and not always reliable, and symptoms are nonspecific. Coronavirus (COVID-19) can be spread from the incubation period. Prevention should be community. As for treatment this ranges from symptomatic to intensive care units of depending on the severity of the patient with supportive measures in the absence of a specific treatment.
Keywords: Pandemy; Coronavirus; Covid-19; Epidemiology; Prevention; Diagnosis; Treatment.
INTRODUCCIÓN
La pandemia de COVID-19 que se ha presentado últimamente ha afectado a la mayoría de la población mundial y debido a que es una enfermedad nueva, aunque con algunos atisbos de ella debido a epidemias causadas por otros virus, no se cuenta con tratamiento preventivo ni curativo para ella, de tal manera que por ahora las únicas medidas de utilidad son las de prevención básica y las medidas de apoyo para los enfermos hospitalizados o ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos.
MATERIAL Y MÉTODOS.
Se realizó una búsqueda de artículos recientes (2020) acerca de COVID19 en Pubmed de texto completo y distribución libre, así como abstracts de interés con el objetivo de realizar una síntesis de los conocimientos actuales. Se seleccionaron 50 artículos (cartas al editor, revisiones sistemáticas y casos clínicos). Los tópicos fueron organizados en seis categorías: 1) antecedentes; 2) epidemiología; 3) diagnóstico; 4) transmisión; 5) prevención y 6) tratamiento. La revisión fue de tipo descriptivo.
RESULTADOS
Antecedentes. Wuhan, la ciudad en la provincia de Hubei en China está en el centro de la comunidad mundial debido al brote de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) causada por el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus-2 (SARS-CoV-2), anteriormente conocido como 2019-nCoV. El virus surgió en humanos del mercado de mariscos de Wuhan probablemente a través de la transmisión zoonótica (1).
Este parece ser un virus de murciélagos Rhinolophus, pero el huésped intermedio aún no se ha identificado. El mecanismo de infección de SARS-CoV-2 aún no se conoce; parece tener afinidad por las células ubicadas en las vías aéreas inferiores, donde se replica. La transmisión interhumana de coronavirus se produce principalmente a través de gotas de saliva y el contacto directo e indirecto a través de las superficies (2).
Los coronavirus son patógenos con un grave impacto en la salud humana y animal. Principalmente causan enfermedades entéricas o respiratorias, que pueden ser graves y potencialmente mortales, por ejemplo, el caso de los coronavirus zoonóticos que causan el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) y el Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS) en humanos. A pesar del impacto económico y social de tales infecciones por coronavirus y la probabilidad de brotes futuros de coronavirus patógenos adicionales, nuestras opciones para prevenir o tratar las infecciones por coronavirus siguen siendo limitadas (3).
Epidemiologia. En diciembre de 2019, se produjo una neumonía de causa desconocida en Wuhan, provincia de Hubei, China. El 7 de enero de 2020, se identificó un nuevo coronavirus, denominado coronavirus-2 síndrome agudo severo agudo (SARS-CoV-2), en la muestra de hisopo de garganta de un paciente. Actualmente, COVID-19 se ha extendido ampliamente por todo el mundo, afectando a más de setenta países. China, con una gran carga de esta enfermedad, ha tomado fuertes medidas para controlar la propagación y mejorar la tasa curativa de COVID-19 (4).
Estudios previos mostraron que los genomas de CoV muestran un alto grado de plasticidad en términos de contenido genético y recombinación. Además, el genoma de CoV relativamente grande aumenta las probabilidades de mutaciones adaptativas, siendo relativamente fácil para la proteína explotar múltiples receptores celulares para la unión y entrada del virus. Es probable que estas características sean la causa de esta alarmante propensión de los CoV a la expansión en el huésped. La vigilancia podría evitar que el virus se establezca en otra especie animal que está en contacto cercano con los humanos (5).
Se espera que los epicentros del SARS-CoV-2 a nivel mundial se multipliquen especialmente en las naciones pobres. Los análisis genómicos, virológicos y médicos están progresando en un nivel sin precedentes. Se espera que dichos análisis contribuyan a la comprensión de la epidemiología, patogénesis, tratamiento y prevención. Y que la definición de caso sospechoso se sea revisado en cualquier momento, por tanto, el personal médico y epidemiólogos deben mantenerse actualizados. También se recomienda emplear medidas de protección ya que son poblaciones en riesgo debido a la exposición a infección nosocomial (6).
Es un hecho conocido que las condiciones ambientales y climáticas afectan en gran medida la aparición y transmisión de enfermedades infecciosas, incluidas las causadas por virus del tracto respiratorio. Un informe se ha centrado en el impacto de la melatonina en los efectos inmunes y cómo se modula a través de los rayos solares. Otro estudio, demostró que los niveles de vitamina D modulan el sistema inmunológico de manera positiva. Esta vitamina depende de la exposición a la luz ultravioleta. De hecho, esta es la mejor evidencia de la relevancia de la suplementación con vitamina D para aumentar la función inmune como una forma de reducir la incidencia de infección viral respiratoria aguda (7).
Un hombre de 51 años contactó al servicio de Telesalud escocés para pedirle consejo el día 1 con un historial de fiebre y tos de 24 horas que regresó a Escocia desde el norte de Italia el día 2. Sus síntomas estaban de acuerdo con un "posible" caso de COVID-19 acorde con la definición de caso nacional en ese momento. El día 0 desarrolló fiebre, mialgia, malestar y sinusitis. Esto progresó a una tos productiva de esputo verde en el día 1. La fiebre había disminuido para el día 2. El paciente permaneció en autoaislamiento en la comunidad mientras esperaba los resultados de la PCR SARS-CoV-2. Esta muestra dio positivo por SARS-CoV-2 en el día 3. Fue dado de alta después de 8 días, luego de 2 hisopos secuenciales de nariz y garganta negativos (8).
La propagación global del SARS-CoV-2 asociada con frecuentes viajes mundiales y regionales ha aumentado en gran medida la posibilidad de causar pandemias mundiales. Aquí informamos dos grupos de casos de ciudadanía china que fueron identificados a través de una inspección al regresar de viajes internacionales (9).
Después de la propagación de la Enfermedad por Asia, Europa, Oceanía, África y América del Norte, llegó a América Latina. Hasta el 21 de marzo de 2020, más de 1,900 casos confirmados de COVID-19 habían sido reportados en Brasil, el primer caso de América Latina y el Caribe diagnosticado allí, México, Ecuador, República Dominicana, Argentina, Chile, Paraguay, Bolivia, Perú, Honduras, Costa Rica, Colombia, entre otros (10).
Diagnóstico. El principal problema para las infecciones virales es el diagnóstico porque el aislamiento del patógeno a menudo es difícil y no siempre es confiable y los síntomas son inespecíficos. La gripe se caracteriza por fiebre, mialgia, dolor de cabeza y faringitis que puede ser leve, incluso asintomática, moderada o muy grave. La neumonía viral es una patología común que probablemente se subdiagnostica en pacientes inmunocompetentes; muchos informes muestran que, si el diagnóstico es difícil de obtener, no es inútil siempre que tengamos, para la mayoría de los patógenos, un tratamiento efectivo. El estándar de oro era la histología, pero las nuevas técnicas como la PCR probablemente marca la diferencia y se incluyen en las pautas para mejorar la eficacia del diagnóstico (11).
Un grupo realizó una revisión sistemática y un metaanálisis de los resultados de los estudios publicados para proporcionar evidencia sobre la detección de COVID19 por TC de tórax y las manifestaciones de imágenes de TC esperadas. La tasa positiva combinada de la TC fue del 89,8% y del 90,0% cuando solo se incluyó la TC de tórax multicorte. Los signos típicos de TC fueron opacidades de vidrio esmerilado, opacidades de vidrio esmerilado con consolidación mixta, engrosamiento de pleura adyacente, engrosamiento septal interlobular y broncogramas aéreos (12).
Actualmente el estándar de oro para el diagnóstico de COVIR-19 es el RT-PCR (real-time reverse transcriptase polymerase chain reaction) mediante la amplificación del ADN viral, sin embargo, la imagen es importante en la detección y vigilancia de la neumonía y se han identificado varios estadios mediante CT como las opacidades en vidrio esmerilado, y zonas de consolidación pulmonar antes del inicio de los síntomas o hasta una semana después del inicio principalmente en las bases pulmonares. Los derrames o la linfadenopatía se han observado raramente y la evolución de la enfermedad puede ser vigilada mediante TAC seriados (13).
El diagnóstico clínico de COVID-19 se basa principalmente en la historia epidemiológica, las manifestaciones clínicas y algunos exámenes auxiliares, como la detección de ácido nucleico, la tomografía computarizada, las IgM / IgG, la prueba de ELISA y el hemocultivo. Sin embargo, los síntomas y signos clínicos de los pacientes infectados con SARS-CoV-2 son altamente atípicos, Por tanto, los exámenes auxiliares son necesarios para diagnóstico de COVID-19, al igual que la historia epidemiológica (14).
La disponibilidad de recursos de imagen para el diagnóstico temprano y seguimiento de los casos es importante, por ejemplo, Irán disponen de 6.5 TAC/ 106 de habitantes mientras que en estados unidos cuentan con 42.6/106. De tal manera que la telerradiología es necesaria para la interconsulta radiológica y evitar el aglomeramiento de pacientes en los hospitales en tiempo real y el uso de WhatsApp para el envío de imágenes (15).
La estrategia vital para minimizar el riesgo de infección nosocomial comienza desde las estaciones de Triaje y las clínicas de fiebre. Se requiere que la estación de Triaje se ubique fuera de la entrada de la sala de pacientes externos con carteles resaltados. Se eligió esta ubicación para mejor ventilación y más espacio, mitigando el contacto cercano entre las personas al establecer líneas de intervalo de 1.5 m para hacer cola. Se requiere que todas las personas con teléfono móvil registren su identificación y otra información básica escaneando el código QR junto a la línea de espera antes de ingresar, reduciendo el tiempo de recolección de información, minimizando el riesgo de contaminación potencial al tocar el bolígrafo y el papel y también acortar el tiempo de espera (16,17).
Las medidas para limitar el contacto entre pacientes incluyen líneas límite para acceder a la clínica de fiebre. Además, identificar rutas específicas de pacientes dentro del hospital y un escáner CT específico para pacientes sospechosos. Se realiza una llamada de emergencia al departamento de radiología para asegurarse de que está preparado para recibir al paciente y para notificar al técnico que use medidas de protección. Una vez completada la formación de imágenes, se utiliza un desinfectante que contiene cloruro de 1000 mg/L con un tiempo de ventilación de 30 minutos antes del siguiente paciente (18).
Actualmente la RT-PCR es considerada como el "estándar de oro". Sin embargo, inicialmente la RT-PCR no siempre da positivo en los pacientes con COVID-19. En esa situación, la TAC podría jugar un importante papel a detectar las lesiones en el parénquima la pulmonar en pacientes sospechoso con COVID-19 (19).
Transmisión. Se reportó un grupo familiar de la nueva enfermedad por coronavirus 2019(COVID-19) para evidenciar que una posible transmisión del COVID-19 durante el período de incubación. El primer paciente en este grupo familiar fue identificado en el período pre-sintomático, como un contacto cercano de un paciente confirmado. Cinco familiares tuvieron contacto cercano con el primer paciente durante su período de incubación, cuatro de ellos fueron confirmados como síndrome respiratorio severo agudo por coronavirus 2 (SARS-CoV-2) en la prueba posterior de muestreo (20).
COVID-19 generalmente produce síntomas leves como otras infecciones respiratorias, tiene el potencial de agravarse sobre todo los pacientes susceptibles como las personas mayores y aquellas con enfermedades cardiovasculares y diabetes como ha sido comprobado (21).
El SARS-CoV-2 (Covid-19) también puede infectar los sistemas digestivo, urinario y hematológico, lo que hace que se observe el virus en las muestras de heces, orina y sangre además de la muestra de la garganta. El SARS-CoV-2 provoca cambios en células sanguíneas y produce anomalías pulmonares en los pacientes, que pueden detectarse mediante técnicas serológicas, moleculares y radiológicas. Los métodos radiológicos y serológicos son los preferidos entre los otros métodos de diagnóstico y el radiológico es el preferido ya que puede diagnosticar la infección de forma rápida y precisa con menos falsos negativos, y puede ser eficaz para proteger la vida del paciente al iniciar el tratamiento y prevenir la transmisión de la infección a otras personas (22).
Se han llevado a cabo varias investigaciones para identificar si COVID-19 puede transmitirse a través de la ruta ocular, y la conclusión es que es una ruta potencial, pero sigue siendo incierta. Debido a la comunicación cara a cara con los pacientes, la exposición frecuente a lágrimas y secreción ocular, y el uso inevitable de equipos que requieren una gran proximidad, los oftalmólogos tienen un alto riesgo de contraer la enfermedad) (23).
Prevención. En las clínicas, los pacientes con temperaturas > 37.3 o C son enviados a clínicas de fiebre. Antes de ser aceptado para imágenes radiológicas, los pacientes deben completar un formulario de evaluación 2019-nCoV. Cada departamento del hospital ha reservado al menos dos salas para aislamiento de emergencia. Los teléfonos móviles, las gafas, los bolígrafos y los estetoscopios del personal médico se desinfectan y se ha aumentado la desinfección de los botones de los elevadores, los baños públicos y los bancos de la sala de espera. Se ha fortalecido la capacitación del personal de limpieza y se ha mejorado la calidad de la ropa protectora para el personal de limpieza (24).
El uso de un respirador eléctrico purificador de aire (PPE) con overol puede proteger mejor contra el riesgo de contaminación que una máscara y una bata N95, pero fue más difícil de poner, personas con una bata larga tenía menos contaminación que las que llevaban un overol, y los overoles eran más difíciles de quitar. Las batas pueden proteger mejor contra la contaminación que los delantales. Las siguientes modificaciones al diseño de PPE pueden conducir a una menor contaminación en comparación con el PPE estándar: combinación de bata sellada y guantes, una bata más ajustada alrededor cuello, muñecas y manos, una mejor cobertura de la interfaz bata-muñeca, pestañas adicionales para facilitar el quitarse las máscaras o guantes. La eliminación de guantes y batas en un solo paso puede conducir a una menor contaminación bacteriana. El doble enguantado puede conducir a una menor contaminación viral o bacteriana en comparación con un solo guante (25).
El SARS-CoV-2 es un β-coronavirus que infecta a los humanos y la enfermedad se presenta con fiebre, tos y disnea. Los trabajadores de la salud están en primera línea del brote de COVID-19, y su exposición constante con pacientes infectados y superficies contaminadas puede ponerlos en riesgo de adquirir y transmitir la infección. El SARS-CoV-2 parece transmitirse de persona a persona a través de gotitas respiratorias y el contacto cercano, como se vio anteriormente en SARS-CoV y MERS-CoV, los otros 2 coronavirus zoonóticos. En entornos sanitarios, esto pone de relieve la necesidad de practicar la higiene respiratoria y la higiene de las manos, y el uso del equipo de protección personal adecuado. Los trabajadores de la salud deben tomar precauciones adicionales en el aire, como la mascarilla N95, durante los procedimientos de generación de aerosol cuando atienden a pacientes con COVID-19 (26).
Los pacientes con fiebre o síntomas del tracto respiratorio se clasifican como de alto riesgo, intermedio, o indeterminado de infección por COVID-19. Los pacientes con riesgo intermedio deben tener una historia clínica y una radiografía de tórax (Área B). Los pacientes con riesgo indeterminado serán inspeccionados y tratados en el área C. Los pacientes en estado crítico con antecedentes sospechosos de TOCC o problemas respiratorios son resucitados en la sala de aislamiento. El personal médico que participa en la reanimación usará ropa de protección personal y usa filtros HEPA para la ventilación. Los pacientes con trastornos respiratorios, infecciones o fiebre reciben atención médica en un área completamente diferente a la de otros pacientes (27).
La publicación sobre traumatización indirecta en el público en general, miembros y no miembros del equipo médico que trabaja en el control COVID-19 nos informa que la confiabilidad del cuestionario móvil basado en la aplicación podría ser débil, ya que no es posible identificar a aquellos que no responden al cuestionario. Además, la puntuación de traumatización puede carecer de detalles suficientes para un plan adecuado para acciones correctivas (28).
El estrés psicológico, especialmente la traumatización indirecta causada por la pandemia, no debe ignorarse. Para abordar esta preocupación, el estudio empleó a un total de 214 individuos del público en general y 526 enfermeras para evaluar las puntuaciones indirectas de traumatización a través de un cuestionario basado en aplicaciones. Los resultados mostraron que las puntuaciones de traumatización indirectas para las enfermeras de primera línea, incluidas las puntuaciones para las respuestas fisiológicas y psicológicas, fueron significativamente más bajas que las de las enfermeras de primera línea. Las primeras estrategias que tienen como objetivo prevenir y tratar la traumatización indirecta en el personal médico y el público en general son extremadamente necesarias (29).
Con la emergencia de la pandemia la necesidad de radiólogos y médicos se ha incrementado. Además, muchas intervenciones institucionales y personales han sido advocadas para el manejo del burnout y promover el bienestar incluyendo la disminución de las cargas de trabajo, mejorando los horarios laborables, el uso del expediente electrónico, atención plena, reducción del estrés, y la capacitación del personal (30).
Los profesionales sanitarios que participan en la atención directa de los pacientes utilizan los siguientes EPP: batas repelentes a líquidos, guantes dobles, un respirador facial filtrante de clase 2 (FFP2) y protección ocular (gafas o protector facial). Los procedimientos de limpieza se han estandarizado, en particular las superficies se limpian con hipocloruro de sodio a una concentración de 1.000 ppm de cloro libre (0,1%) diario y 5.000 ppm de cloro libre (0,5%) en la desinfección terminal (31).
Tratamiento. La eficacia y la seguridad de los tratamientos retrovirales como el Lopinavir/ritonavir (LPV/r), utilizados en caso de VIH y administrado dentro de los primeros 12 días de los síntomas en pacientes con COVID-19, un estudio obtuvo resultados aceptables al disminuir la mortalidad (no estadísticamente significativa), y otros estudios analizados en la misma revisión sistemática no fueron concluyentes (32).
La unión de ECA2 con SARS-CoV-2 en COVID-19 también sugiere que la hiperglucemia prolongada y no solo el historial de diabetes mellitus, puede ser importante en la patogénesis de la enfermedad. Es tentador considerar que el mismo mecanismo actúa en COVID-19 que, en el SARS, donde una respuesta inflamatoria en los días 7-10 resulta en el síndrome dificultad respiratoria aguda (SDRA) en pacientes susceptibles (33).
Kluge S et al. (34) Enfatizan que la mayoría de los pacientes con COVID-19 presentan síntomas leves de la enfermedad. Sin embargo, alrededor del 5% se enferma gravemente y requiere tratamiento de cuidados intensivos. La insuficiencia hipoxémica aguda con disnea grave y un aumento de la frecuencia respiratoria (> 30/min) conduce a la admisión a la UCI. En ese punto, típicamente se observan infiltrados pulmonares bilaterales. Los pacientes a menudo desarrollan un síndrome de dificultad respiratoria aguda grave. El objetivo principal de la terapia de apoyo es determinar la oxigenación adecuada. La intubación temprana y el posicionamiento prono repetido son elementos clave en el tratamiento de pacientes con COVID-19 hipoxémicos.
Liu B, et al. (35) nos recuerdan que el síndrome de dificultad respiratoria aguda y la disfunción multiorgánica se encuentran entre las principales causas de muerte en pacientes críticos con COVID-19. Las citocinas inflamatorias elevadas sugieren que una tormenta de citoquinas, también conocida como síndrome de liberación de citocinas (SRC), puede desempeñar un papel importante en la patología de COVID-19. Sin embargo, la eficacia de los corticoesteroides, agentes antiinflamatorios comúnmente utilizados, para tratar el CRS inducido por COVID-19 es prometedora.
Por otro lado, la reutilización de los agentes terapéuticos existentes diseñados para otras infecciones y patologías virales resulta ser el único enfoque práctico como una medida de respuesta rápida a la pandemia emergente. Estos agentes se pueden dividir en dos categorías, aquellos que pueden dirigirse directamente al ciclo de replicación del virus, y aquellos basados en enfoques de inmunoterapia que apuntan a aumentar las respuestas inmunitarias antivirales innatas o aliviar el daño inducido por las respuestas inflamatorias.
Los estudios clínicos iniciales revelaron el potencial terapéutico prometedor de varios de esos medicamentos, incluido el favipiravir, un medicamento antiviral de amplio espectro que interfiere con la replicación viral (36).
Rico-Mesa JS, et al. (37) encontraron que en una cohorte con 52 pacientes críticos reveló lesión cardíaca en12% de los pacientes. Los peores resultados parecen ser más frecuentes en pacientes con hipertensión y diabetes mellitus, posiblemente debido a la sobreexpresión del receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ECA2) en las células epiteliales alveolares de las vías respiratorias. Los investigadores sospechan que el SARS-CoV-2 usa el receptor ECA2 para ingresar a los pulmones en un mecanismo similar al SARS-CoV.
En el estudio, de Henry BM, et al. (38) evaluaron estudios sobre la capacidad discriminativa de los biomarcadores hematológicos, bioquímicos e inmunológicos en pacientes con y sin las formas graves o fatales. En este estudio se dividieron en 2 cohortes separadas para el análisis: gravedad (grave vs no grave y mortalidad, es decir, no sobrevivientes vs sobrevivientes). Los datos se agruparon en un metaanálisis para estimar la diferencia de medias ponderada con un (IC del 95%) para cada parámetro de laboratorio. Los pacientes con enfermedad grave y mortal tuvieron un aumento significativo en el recuento de glóbulos blancos y disminuyeron los recuentos de linfocitos y plaquetas en comparación con la enfermedad no grave y los sobrevivientes. Los biomarcadores de inflamación, lesión cardíaca y muscular, función hepática y renal y medidas de coagulación también fueron significativamente elevados en pacientes con COVID-19 grave y mortal. Las interleucinas 6 (IL-6) y 10 (IL-10) y la ferritina sérica fueron discriminadores fuertes para la enfermedad grave. El grupo de colaboración italiano recomienda un esquema de manejo de pacientes con COVID-19. (Cuadro 1 modificado)
En un estudio de Gautret et al. (39) encontraron que la asociación de hidroxicloroquina y azitromicina indicados a un pequeño grupo de pacientes dio buenos resultados. Fueron 6 pacientes asintomáticos, 22 con síntomas de infección del tracto respiratorio superior y 8 tenían síntomas de infección del tracto respiratorio inferior. Veinte casos fueron tratados en este estudio y mostraron una reducción significativa en el transporte del virus. Azitromicina añadida a hidroxicloroquina fue significativamente más eficiente para la eliminación del virus. La azitromicina ha demostrado su utilidad en infecciones como el Zika, Ébola y en infecciones respiratorias de origen viral.
La medicina tradicional también juega un papel importante y la glycyrrhizae Radix y Rhizoma han sido utilizadas para el tratamiento debido a sus propiedades como inhibidores virales y antiinflamatorias autorizadas por la FDA de china (40).
En este trabajo se exploró la idea de que una respuesta inflamatoria exacerbada, en particular la mediada por IL-6, puede conducir a las consecuencias perjudiciales. Los datos muestran que otros virus de ARN, tales como el virus de la influenza, pueden mejorar la eficiencia de la replicación en las células senescentes, lo que sugiere que la acumulación de estas células con el envejecimiento y las enfermedades relacionadas con la edad puede desempeñar un papel en este fenómeno. Sin embargo, en la actualidad, se desconoce la respuesta al SARS-CoV y al SARS-COV-2 que ocurre en estas células. Consideran que esta es un área de investigación prioritaria porque podría conducir al desarrollo de varias estrategias terapéuticas basadas en senoterapéuticos o prevenir intentos fallidos. Dos de estos senoterapéuticos, azitromicina y ruxolitinib, se están sometiendo a pruebas para determinar su eficacia en el tratamiento de COVID-19 (41).
Las emergencias complejas de las enfermedades transmisibles deben entenderse completamente, y este es un proceso que necesita un aprendizaje continuo. Es necesario establecer un sistema de gestión de emergencias altamente reactivo, multifuncional y eficiente, y la importancia de la comunicación de información debe entenderse completamente en el futuro (42).
El espectro clínico de COVID-19 es heterogéneo, desde síntomas leves de flu-like hasta síndrome de dificultad respiratoria aguda, insuficiencia orgánica múltiple y muerte. La inflamación crónica, el aumento de la actividad de coagulación, el deterioro de la respuesta inmune y el posible daño pancreático directo por SARS-
CoV-2 podrían estar entre los mecanismos subyacentes de la asociación entre diabetes y COVID-19. No existe evidencia concluyente para apoyar la interrupción de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina o los bloqueadores de los receptores de angiotensina debido a COVID-19 en personas con diabetes. Se debe tener precaución ante posibles eventos de hipoglucemia con el uso de cloroquina en estos sujetos. Las estrategias terapéuticas adaptadas al paciente, el monitoreo riguroso de la glucosa y la consideración cuidadosa de las interacciones farmacológicas podrían reducir los resultados adversos (43).
Todavía no está claro en qué medida las enfermedades hepáticas crónicas deben considerarse como factores de riesgo. Sin embargo, los pacientes con enfermedad hepática avanzada y aquellos después del trasplante de hígado representan cohortes de pacientes vulnerables con mayor riesgo de infección y/o curso severo de COVID-19. Por tanto, el desafío que enfrentan los hepatólogos es promover la telemedicina en el paciente ambulatorio, priorizar contactos ambulatorios, evitar la diseminación hospitalaria del virus para pacientes y proveedores de atención médica, y al mismo tiempo mantienen la atención estándar para pacientes que requieren atención médica inmediata (44).
La enfermedad cardiovascular preexistente es un factor de riesgo reconocido para la infección por COVID-19. La proteína de COVID-19 utiliza la enzima convertidora de angiotensina 2 (ECA2) como el sitio de unión para ingresar a la célula huésped en lengua, bronquios y pulmones. Cualquier condición que mejore la expresión de ECA2 aumentaría la vulnerabilidad a la infección. La insuficiencia cardíaca, la enfermedad de las arterias coronarias, la hipertensión, la diabetes, los inhibidores de la ECA (IECA) o los bloqueadores de los receptores de angiotensina (BRA) aumentan la expresión de la ECA2, que puede considerarse un inhibidor endógeno de la ECA a nivel celular (45).
El brote de COVID-19 está causando estragos en todo el mundo debido a la insuficiente evaluación de riesgos con respecto a la urgencia de la situación. En comparación con el SARS y el MERS, COVID-19 se ha extendido más rápidamente, debido a la mayor globalización y adaptación del virus en todos los ambientes. Disminuir significativamente la propagación de los casos, reducir la presión sobre el sistema de salud del país limitando el número de personas que están gravemente enfermas y necesitan atención hospitalaria. Por tanto, el reciente estallido de COVID-19 resalta la necesidad urgente de terapias dirigidas al SARS CoV-2 (46).
Una mujer de 57 años de Wuhan, China, se presentó con una leve opresión en el pecho, escalofríos y dolor muscular en las extremidades inferiores. En el examen, estaba consciente con una temperatura corporal de 38.3 ℃ y los signos vitales estables. Se escucharon pequeños estertores húmedos en ambos pulmones. Recibió moxifloxacina (400 mg una vez al día IV /8 d y luego cambió a tratamiento oral), oseltamivir (75 mg dos veces al día /VO/ 5 días) y terapia de apoyo. La paciente se recuperó y en la evaluación del tratamiento de la TC de tórax 7 días después mostró una extensión e intensidad disminuidas de las lesiones, aunque irregulares (47).
Los síntomas gastrointestinales también fueron observados en una porción significativa de pacientes. RT-PCR positivos de las heces de los pacientes reveló que COVID-19 puede propagarse por transmisión fecal-oral. Además, estudios recientes han demostrado que el receptor de ACE2, que es esencial para las células infectadas por COVID-19, se expresa altamente no solo en células AT2 del pulmón sino también en enterocitos absorbentes en íleon y colon. Estos resultados confirmaron que el sistema digestivo puede ser una ruta potencial para la infección por COVID-19 (48).
En cuanto a las recomendaciones farmacológicas basadas en la evidencia actual, estas son las siguientes: 1) ibuprofeno u otros AINEs y aunque no hay evidencia en contra, se recomienda solamente el uso de paracetamol; fármacos que actúan sobre el sistema renina-angiotensina, se recomienda el uso de inhibidores de la ECA o de ARBs en aquellos pacientes que lo estaban recibiendo (49).
Estos autores presentan un trabajo en donde el manejo de la contingencia hizo posible la conversión hospitalaria en un tiempo récord (50).
Conflicto de intereses: El autor declara no tener conflicto de intereses
Financiamiento: No hubo fuentes de financiamiento para este trabajo
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